Programa de ponentes

 

La cooperación al desarrollo comprende el conjunto de actuaciones realizadas por actores públicos y privados con el propósito de promover el progreso económico y social global, que sea sostenible y equitativo.
¿Existe una visión sistémica o conectada en los programas de cooperación al desarrollo para unir estos tres ejes? ¿Son sinérgicas las actuaciones que se llevan a cabo desde los distintos ámbitos? ¿Cómo se contempla esta relación en la agenda post 2015 y los objetivos de desarrollo sostenible que sustituirán los objetivos del milenio y que marcará el enfoque de la cooperación?
En esta mesa queremos aproximarnos a esta cuestión desde la visión algunos de los organismos multilaterales, actores clave del sistema de cooperación al desarrollo de gran relevancia en la región.

En 2003 Itaipu Binacional decide crear el Programa Cultivando Agua Buena (CAB), con la visión de ser una herramienta para apoyar el desarrollo sostenible de la región de la Cuenca del Rio Paraná 3, con el objetivo de compatibilizaran la gestión de su negocio, con el papel de generador de desarrollo regional.
Desde entonces, Itaipu Binacional promueve un modelo de sostenibilidad basado en el respeto de la naturaleza y del desarrollo sostenible, en base al establecimiento de una estrategia y un programa innovadores que pueden ser replicados por empresas tanto públicas como privadas, así como por grandes obras de infraestructura que deseen integrar en su trabajo la visión medio ambiental y de desarrollo de las poblaciones vecinas mejorando la calidad de vida de su área de influencia.
Tras diez años de experiencia el CAB, se presenta como una herramienta en los temas medio ambientales y de responsabilidad social, y quiere presentar este innovador modelo de gestión y participación para iniciar de este modo la proyección iberoamericana e internacional del mismo, con el objetivo de llegar a ser considerado en un futuro como un Programa de Cooperación Iberoamericana
 

Piensa globalmente y actúa localmente. En el contexto mundial, los gobiernos locales y regionales son agentes esenciales para la definición de la futura agenda global y para incluir en ella las cuestiones urbanas. En la declaración del VIII Foro Iberoamericano de Gobiernos Locales, los gobiernos participantes acuerdan “abordar una planificación integral en relación con el ciclo del agua y el abastecimiento de energía y alimentos, así como el objetivo de reducción global de emisiones y residuos para avanzar hacia el balance cero. En este contexto se advierte la necesidad de recuperar una relación equilibrada de la ciudad con el territorio rural. Han de reconocerse los servicios eco-sistémicos ofrecidos por los entornos rurales de los que se benefician las ciudades, con las implicaciones correspondientes de transferencias de rentas”.
En torno a esta declaración de intenciones se estructura esta mesa, en la que escucharemos a gobiernos locales y regionales y a movimientos ciudadanos.

 
Con el 40% de la biodiversidad del mundo, la región de América Latina y el Caribe posee una vasta y exclusiva fuente de capital: el capital natural. Si estos bienes se gestionan racionalmente, la biodiversidad ofrece una importante promesa de prosperidad y crecimiento a largo plazo. La biodiversidad bien gestionada puede ayudar a la región a satisfacer la demanda en continuo aumento de energía, agua, alimentos, tierras y otros recursos naturales mientras enfrenta a una población creciente que podría totalizar más de 700 millones de personas en 2030.
Muchas de las empresas más grandes del mundo están liderando la transformación hacia una economía verde que persigue un desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza. En este contexto, uno de los mayores retos es conseguir una gestión de los recursos naturales (incluyendo el agua, la energía y el territorio) compatible con los límites de la biosfera y con la conservación de la biodiversidad, a la vez que asegura la generación de empleo digno, desarrollo equitativo y bienestar.
¿Qué importancia tiene la transparencia y la publicación de cuentas económicas, sociales y ambientales de las grandes empresas? ¿Cómo se puede integrar la gestión sostenible de recursos en el desarrollo empresarial? ¿Qué tipo de movimientos está favoreciendo está línea de trabajo?
Estas cuestiones se abordarán con líderes empresariales de Iberoamérica que plantean que el compromiso ambiental puede y debe ser parte intrínseca de su visión de negocio.
 

El desarrollo sostenible debe estar basado por necesidad en la participación ciudadana y en el desarrollo local.